Este blog fue creado desde el espacio escolar de informatica para un trabajo con el objetivo de informar a los visitantes sobre la vida de esta jóven, quién vivió durante la segunda guerra mundial y quien a través de su diario nos cuenta su experiencia. Espero les guste y les sea útil la información que se brinda.
miércoles, 1 de agosto de 2012
¿Quién fue Ana?
Annelies
Marie Frank, conocida como Ana Frank, fue una niña judía alemana. Nació el 12 de junio de 1929 en Fráncfort del Meno.
Ella vivía con su padre, Otto Frank; su madre, Edith Hollander, y su hermana,
Margot Frank. Esta jóven se hace conocida gracias al Diario de Ana Frank,
la edición en forma de libro de su diario íntimo, donde dejó constancia de los
casi dos años y medio que pasó ocultándose, con su familia y cuatro personas más,
de los nazis en Ámsterdam durante la Segunda Guerra Mundial.
La llegada del diario
Al cumplir trece años, el 12 de junio de 1942,
Ana recibió un pequeño cuaderno que había señalado a su padre en una vitrina
unos días antes. Si bien se trata de un libro de autógrafos, empastado en tela a cuadros rojo y
negro, con una pequeña cerradura en el frente, Ana ya había decidido que lo
utilizaría como diario. Empezó a escribir en él casi inmediatamente,
describiéndose ella y su familia así como su vida diaria en casa y en el
colegio. A falta de una "amiga del alma" le escribía a su diario como
si estuviera dirigiéndose a una amiga; llamaba Kitty a su diario y usaba
"Querida Kitty" como frase introductoria cada vez que escribía.
Escribió en forma de cartas sobre sus resultados en clase, sus amigos, chicos
con los que simpatizaba y los lugares que prefería visitar en su vecindario. Si
bien estos primeros escritos en su diario muestran que su vida era en muchas
formas la vida típica de una escolar, también reseña los cambios que se van
implantando desde la ocupación alemana. Algunas referencias parecen casuales y
sin gran énfasis, sin embargo en algunas partes describe con mayor detalle la
opresión que cada día va en aumento. Escribió acerca de las estrellas que todos los judíos estaban obligados
a portar en público, y también enumeró algunas de las restricciones y persecuciones impuestas en la vida cotidiana de
la población judía de Ámsterdam.
El escondite
Junto con su familia, Ana tuvo que mudarse a
Ámsterdam, huyendo de los nazis. Allí, le regalaron un diario al cumplir los
trece años. Muy poco después, su familia tuvo que ocultarse en un escondite, la
Achterhuis (palabra holandesa en la
que huis significa casa y achter, más atrás), situada en un viejo edificio en
el Prinsengracht, un canal en el lado occidental de Ámsterdam, y cuya puerta
estaba escondida tras una estantería. Allí vivieron durante la ocupación
alemana.
Entrada del refugio.
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En el escondite había ocho personas: sus padres,
Otto y Edith Frank; ella y su hermana Margot; Fritz Pfeffer, un dentista judío,
y la familia van Pels formada por Hermann y Auguste van Pels y el hijo de
ambos, Peter. Durante aquellos años, Ana escribió su Diario, en el que
describía su miedo a vivir escondida durante años, sus nacientes sentimientos
por Peter, los conflictos con sus padres, y su vocación de escritora. Pocos
meses antes de ser descubiertos, empezó a reescribir su Diario con la idea de
publicarlo tras la guerra.
La vida en la Achterhuis
El 9 de julio de 1942,
la familia se mudó al escondite preparado y su antiguo apartamento fue dejado
en desorden para hacer pensar que había sido abandonado de manera súbita, Otto
Frank dejó una nota de la que se podía deducir que habían logrado escapar hacia
Suiza. Como los judíos no podían utilizar los
transportes públicos debieron caminar varios kilómetros desde su casa hasta el
refugio, portando cada uno todas las vestimentas que pudieron, dado que no
podían correr el riesgo de ser vistos con equipajes. La achterhuis era un
espacio de tres pisos en la parte posterior del edificio con acceso a un patio
detrás de las oficinas de Opekta. En el primer nivel había dos pequeñas
habitaciones, con un baño adjunto sobre el que se encontraba una gran
habitación, con otra más pequeña adjunta. De esa habitación pequeña se subía
hacia el ático. La puerta
de la achterhuis fue encubierta con una estantería para que no se la pudiera
ver.
A finales de julio, se les unió la familia van
Pels: Hermann, Auguste y Peter, y más tarde, en noviembre llegó Albert Dussel, dentista y amigo de la familia. Ana escribió
sobre lo bueno que era tener otras personas con quién hablar.
Ana
pasaba la mayor parte de su tiempo leyendo y estudiando, al tiempo que
continuaba escribiendo en su diario. Además de narrar los eventos
transcurridos, Ana escribía sobre sus sentimientos, creencias y ambiciones;
temas de los que no hablaba con los demás.
Cómplices del escondite
Víctor Kugler, Johannes Kleiman, Miep Gies y Elisabeth "Bep" Voskuijl eran los únicos empleados que sabían del escondite y, junto con Jan, el esposo de Gies y Johannes Hendrik Voskuijl, el padre de "Bep" Voskuijl, eran quienes ayudaban a los Frank a sobrevivir durante la duración de su confinamiento. Ellos eran el único contacto entre el exterior y los ocupantes de la casa, y los mantenían informados de las noticias de guerra y de los eventos políticos. Eran también los proveedores de todo lo necesario para la seguridad y supervivencia de la familia; el abastecimiento de comida resultaba cada vez más difícil a medida que el tiempo transcurría. Ana escribió sobre la dedicación y sobre los esfuerzos para levantarles el ánimo durante los momentos más peligrosos. Todos eran conscientes de que dar refugio a judíos se penaba en aquel momento con la muerte.
Arresto
La mañana del 4 de agosto de 1944
la Grüne Polizei asaltó la achterhuis siguiendo una pista de un informador que
nunca fue identificado.[] Conducido por el Sargento del Cuerpo
de Protección, Karl Silberbauer de la Sección IVB4 del Servicio de Seguridad, el grupo contaba con al
menos tres miembros de la Policía de Seguridad. Los inquilinos fueron
introducidos en camiones y trasladados para someterlos a interrogatorio. Victor Kugler y Johannes Kleiman fueron encarcelados, pero a Miep Gies y a Bep Voskuijl les permitieron marcharse. Más tarde
regresarían a la achterhuis, donde encontraron las anotaciones de Ana
desparramadas por el suelo. Las recogieron, así como varios álbumes de fotos de
la familia, y Gies se propuso devolvérselos a Ana cuando la guerra hubiese
terminado.
La vida en los campos de concentración
Llevaron a los miembros de la casa a un campo en Westerbork. Siendo aparentemente un campo de
tránsito por el que hasta ese momento habían pasado más de 100.000 judíos, el 2 de septiembre el grupo fue deportado en el que
sería su último traslado desde Westerbork hasta el campo de
concentración de Auschwitz. Tras tres días de viaje llegaron a su
destino, y los hombres y mujeres fueron separados según su sexo, para no
volverse a ver más. De los 1.019 pasajeros, 549 – incluyendo niños menores de
15 años – fueron seleccionados y enviados directamente a las cámaras de gas, en las que fueron asesinados. Ana
había cumplido 15 años tres meses antes y se libró, y aunque todos los de la
achterhuis sobrevivieron a la selección, Ana creyó que su padre había sido
asesinado.
Ana fue obligada a permanecer desnuda para
desinfectarla, le raparon la cabeza y le tatuaron un número de identificación
en el brazo. Durante el día usaban a las mujeres para realizar trabajos
forzados y, por la noche, las hacinaban en barracones frigoríficos. Las
enfermedades se propagaban velozmente y en poco tiempo Ana terminó con la piel
cubierta de costras.
El 28 de octubre comenzó la selección para
reubicar a las mujeres en Bergen-Belsen. Más de 8.000 mujeres fueron
transportadas, incluidas Ana y Margot Frank y Auguste van Pels, pero Edith
Frank se quedó atrás. Se levantaron tiendas para acoger la afluencia de
prisioneros, entre ellos Ana y Margot, y a medida que la población aumentaba el
índice de mortandad debido a enfermedades aumentó rápidamente. Ana pudo
juntarse por un breve periodo con dos amigas, Hanneli Pick Goslar y Nanette
Blitz, quienes sobrevivieron a la guerra. Describieron a Ana como calva,
demacrada y temblorosa, pero a pesar de su enfermedad les dijo que estaba más
preocupada por Margot, cuyo estado parecía más grave. Goslar y Blitz no
llegaron a ver a Margot, que permaneció en su litera, demasiado débil.
Asimismo, Ana les dijo que estaban solas, y que sus padres habían muerto.
En marzo de 1945, una epidemia de fiebre tifoidea
se propagó por todo el campo; se estima que terminó con la vida de 17.000
prisioneros. Los testigos contaron más tarde que Margot, debilitada como
estaba, se cayó de su litera y murió como consecuencia del golpe, y que pocos días
después Ana también murió. Pocas semanas después el campo sería liberado por
tropas británicas el 15 de abril de 1945.
Tras la guerra, de todos los judíos que
fueron deportados desde los Países Bajos durante la ocupación nazi,
sobrevivieron 5.000. De los ocho inquilinos de la achterhuis, sólo el padre de
Ana sobrevivió. Herman Van Pels, fue gaseado justo tras la llegada del grupo a
Auschwitz-Birkenau, el 6 de septiembre de 1944. Su esposa Auguste murió en
Alemania o en Checoslovaquia. Su hijo Peter murió el 5 de mayo de 1945 en el
campo de concentración de Mauthausen, en Austria.
Albert Dussel murió el 20 de diciembre de
1944 en el campo de concentración de Neuengamme. La madre de Ana, murió el 6 de
enero de 1945, en Birkenau. Johannes Kleiman y Víctor Kugler fueron arrestados
por ayudar a la familia Frank. Ambos sobrevivieron a la guerra.
Publicación y evolución del diario
Luego de la guerra, Otto Frank regresó a Ámsterdam y fue informado del fallecimiento de su esposa y del traslado de sus hijas a Bergen-Belsen, quedando con la esperanza de que lograran sobrevivir. En julio de 1945, la Cruz Roja confirmó las muertes de Ana y Margot. Fue entonces, cuando Miep Gies le dió el Diario. Tras leerlo, Otto comentó no haberse dado cuenta de cómo Ana había mantenido un registro tan exacto y bien escrito de su estadía juntos. Tratando de cumplir el deseo de Ana expresado en el Diario de convertirse en escritora, decidió intentar publicarlo.
El Diario de Ana se inicia como una
expresión privada de sus pensamientos íntimos, expresando la intención de nunca
permitir que otros lo leyeran. Describe su vida, su familia y compañeros y su
situación, mientras empieza a reconocer su ambición de escribir novelas y
publicarlas. En el verano de 1944, escuchó una transmisión de radio de Gerrit
Bolkestein— miembro del gobierno holandés en el exilio— que decía que al
terminar la guerra crearía un registro público de la opresión sufrida por la
población de su país bajo la ocupación alemana. Mencionó la publicación de
cartas y diarios, de manera que Ana decidió que contribuiría con su diario.
Comenzó a corregir su escritura, a eliminar secciones y a reescribir otras, en
vistas a una posible publicación. Otto Frank utilizó la versión original del
Diario, conocida como "versión A", y la versión corregida, conocida
como "versión B", para producir la primera versión para ser
publicada. Retiró algunos pasajes, sobre todo aquellos en los que se refería a
su esposa en términos poco halagadores, así como secciones en las que hablaba
de detalles íntimos respecto a su floreciente sexualidad.
Frank llevó el diario a la historiadora
Anne Romein, quien intentó publicarlo, sin éxito. Luego se lo pasó a su esposo
Jan Romein, quien escribió un artículo sobre el libro con el título de
Kinderstem ("La voz de una niña") en el periódico Het Parool el 3 de
abril de 1946. Escribió que el diario "pausadamente expresado en la voz de
una niña, muestra todos los odios del fascismo, mejor que todas las evidencias
de los juicios de Núremberg juntas". Su artículo atrajo la atención de los
editores y el Diario fue publicado en Holanda en 1947 por el editor Contact, de
Ámsterdam, bajo el título "Het Achterhuis" (La casa de atrás). Fue
reimpreso en 1950. En abril de 1955 aparece la primera traducción del diario en
español bajo el título "Las habitaciones de atrás".
Albert Hackett escribió una pieza de teatro
basada en el Diario, estrenada en Nueva York en 1955, que recibió el Premio
Pulitzer de Teatro. La pieza fue llevada al cine en 1959 con el título El
diario de Ana Frank. La película obtuvo una buena acogida y se hizo acreedora
de otros dos Óscar. El Diario fue creciendo en popularidad con el pasar de los
años, y hoy el es lectura obligatoria en bachillerato de varios países y en
varios estados de los Estados Unidos. En febrero de 2008 se estrenó en Madrid
el musical El Diario de Ana Frank.
En 1986, se publicó una edición crítica del
Diario. Esta edición compara secciones originales con secciones modificadas por
el padre, e incluye una discusión relativa a su autenticidad así como datos
históricos sobre su familia.
En 1988, Cornelis Suijk — antiguo director
de la Fundación Ana Frank y presidente de la Fundación para la educación sobre
el Holocausto de los Estados Unidos — anunció que había obtenido cinco páginas que
habían sido eliminadas por Otto Frank del Diario antes de su publicación. Suijk
afirma que Otto Frank le entregó esas páginas poco antes de su muerte en 1980.
Las páginas eliminadas contienen comentarios muy críticos de Ana Frank hacia la
relación matrimonial de sus padres y hacia su madre. En 2000 el Ministerio
Holandés de Educación, Cultura y Ciencia accedió a donar 300.000 dólares a la
fundación de Suijk y las páginas fueron entregadas en 2001. Desde entonces, han
sido incluidas en las nuevas ediciones del Diario.
En 2004, se publicó un nuevo libro en
Holanda, titulado Mooie zinnen-boek ("Libro de las bellas citas"),
que contenía fragmentos de libros y poemas cortos que Ana recopiló, por consejo
de su padre, durante su permanencia en la Achterhuis.
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