Llevaron a los miembros de la casa a un campo en Westerbork. Siendo aparentemente un campo de
tránsito por el que hasta ese momento habían pasado más de 100.000 judíos, el 2 de septiembre el grupo fue deportado en el que
sería su último traslado desde Westerbork hasta el campo de
concentración de Auschwitz. Tras tres días de viaje llegaron a su
destino, y los hombres y mujeres fueron separados según su sexo, para no
volverse a ver más. De los 1.019 pasajeros, 549 – incluyendo niños menores de
15 años – fueron seleccionados y enviados directamente a las cámaras de gas, en las que fueron asesinados. Ana
había cumplido 15 años tres meses antes y se libró, y aunque todos los de la
achterhuis sobrevivieron a la selección, Ana creyó que su padre había sido
asesinado.
Ana fue obligada a permanecer desnuda para
desinfectarla, le raparon la cabeza y le tatuaron un número de identificación
en el brazo. Durante el día usaban a las mujeres para realizar trabajos
forzados y, por la noche, las hacinaban en barracones frigoríficos. Las
enfermedades se propagaban velozmente y en poco tiempo Ana terminó con la piel
cubierta de costras.
El 28 de octubre comenzó la selección para
reubicar a las mujeres en Bergen-Belsen. Más de 8.000 mujeres fueron
transportadas, incluidas Ana y Margot Frank y Auguste van Pels, pero Edith
Frank se quedó atrás. Se levantaron tiendas para acoger la afluencia de
prisioneros, entre ellos Ana y Margot, y a medida que la población aumentaba el
índice de mortandad debido a enfermedades aumentó rápidamente. Ana pudo
juntarse por un breve periodo con dos amigas, Hanneli Pick Goslar y Nanette
Blitz, quienes sobrevivieron a la guerra. Describieron a Ana como calva,
demacrada y temblorosa, pero a pesar de su enfermedad les dijo que estaba más
preocupada por Margot, cuyo estado parecía más grave. Goslar y Blitz no
llegaron a ver a Margot, que permaneció en su litera, demasiado débil.
Asimismo, Ana les dijo que estaban solas, y que sus padres habían muerto.
En marzo de 1945, una epidemia de fiebre tifoidea
se propagó por todo el campo; se estima que terminó con la vida de 17.000
prisioneros. Los testigos contaron más tarde que Margot, debilitada como
estaba, se cayó de su litera y murió como consecuencia del golpe, y que pocos días
después Ana también murió. Pocas semanas después el campo sería liberado por
tropas británicas el 15 de abril de 1945.
Tras la guerra, de todos los judíos que
fueron deportados desde los Países Bajos durante la ocupación nazi,
sobrevivieron 5.000. De los ocho inquilinos de la achterhuis, sólo el padre de
Ana sobrevivió. Herman Van Pels, fue gaseado justo tras la llegada del grupo a
Auschwitz-Birkenau, el 6 de septiembre de 1944. Su esposa Auguste murió en
Alemania o en Checoslovaquia. Su hijo Peter murió el 5 de mayo de 1945 en el
campo de concentración de Mauthausen, en Austria.
Albert Dussel murió el 20 de diciembre de
1944 en el campo de concentración de Neuengamme. La madre de Ana, murió el 6 de
enero de 1945, en Birkenau. Johannes Kleiman y Víctor Kugler fueron arrestados
por ayudar a la familia Frank. Ambos sobrevivieron a la guerra.
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